Miedo al Embarazo

Radio Tanga – Episodio 010: miedo al embarazo

Consulta

Buenasss licenciada, como va? Quisiera que de consejos mas que nada a los hombres pero aplica para mujeres tambien, lxs cuales padecen de tocofobia, que se puede hacer para sobrellevarlo con la pareja pero sobretodo con nuestras mentes. Graciass por leerme!

Tocofobia: el miedo al embarazo y al parto

¿Qué es la tocofobia?

Técnicamente la tocofobia hace referencia al miedo intenso al embarazo y al parto. Cuando vamos a la bibliografía vemos que se aborda en personas ya embarazadas. Sin embargo, en mi experiencia clínica lo observé en personas sexualmente activas no embarazadas y que puede presentarse en mujeres o en varones. Así que quería separarlo en esas dos situaciones diferentes y sus características. No sé a cuál hace referencia la consulta, ya que no lo aclara. Pero hoy vamos a desarrollar ambas situaciones.
La tocofobia se define como el miedo irracional e incontrolable al embarazo y al parto. El término tocofobia proviene del griego “tokos” (nacimiento) y “phobos” (miedo). La ansiedad es tan profunda que hace que este miedo sea algo patológico e inexplicable. Lo cierto es que
no existe una definición acordada de tocofobia y también la podemos encontrar como “miedo severo al parto” o “un temor irracional al parto”. Puede incluir:

  • Miedo irracional y desproporcionado
  • Ataques de ansiedad recurrentes
  • Temblores y sudor al pensar en el embarazo

Prevalencia

En la revisión sistemática de 18 países utilizando los datos de 33 estudios dando una muestra de 853988 mujeres embarazadas. La prevalencia de la tocofobia se estima en un 14% y parece haber aumentado en los últimos años, del año 2000 en adelante.

Se puede clasificar en tocofobia primaria (que afecta a mujeres nulíparas) y tocofobia secundaria (que afecta a mujeres que han tenido hijos por lo general después de una experiencia de parto anterior).

Tocofobia primaria:

La bibliografía que encontré hace referencia a mujeres embarazadas primerizas, pero yo voy a agregar también mi experiencia clínica. Voy a dividir la tocofobia primaria en quienes no buscan un embarazo y ni se acercan a uno, y sin embargo este miedo aparece. Y luego voy a abordar la tocofobia en embarazadas primerizas.

En mi experiencia clínica, el miedo al embarazo puede presentarse como expresión de ansiedad en torno a la posibilidad de embarazo, es decir, ansiedad pero con contenido en torno al embarazo.

A diferencia de la ansiedad de desempeño, por lo general este miedo no se reconoce como un factor presente de manera recurrente y muchas veces, no se reconoce el carácter obsesivo. Suele aparecer en forma de pensamientos automáticos invasivos y traducirse en conductas de control.

Este miedo lo que hace a nivel sexual es inhibir la respuesta sexual.

La persona presenta este miedo durante un momento, o durante todo el mes, interfiriendo en su deseo, su excitación y su orgasmo. He atendido, por ejemplo, varones con eyaculación retardada, o ausente directamente que indagando en la consulta, descubrimos que tenía que ver con un miedo al embarazo post separación. En mi experiencia no suele ser algo fácil de identificar sino que hay que indagarlo, a veces la persona cree que es un miedo normal, hasta que podemos reconocer el nivel de recurrencia y de inhibición que produce.

Sabemos que los miedos son emociones básicas que nos permiten sobrevivir, que tienen una función. Estos miedos comienzan a ser patológicos cuando se vuelven irracionales y nos inhabilitan. Lo que solemos ver en estos casos, es que cuando empezamos a indagar sobre métodos de cuidado, podemos ver como se traduce en la conducta. Suelen ser personas que utilizan doble método de protección, hormonal más preservativo, realizar consultas médicas periódicas, pero igual el miedo persiste.

El problema es cuando ese miedo no podemos racionalizarlo, cuando igual la persona cree que hay riesgo y el problema es cuando eso lleva a que la persona, por ejemplo, tome la pastilla del día después sin ser necesaria porque no hubo riesgo, entonces altera e interfiere en su cuidado, o cuando no logra seguir las indicaciones médicas porque igual sigue creyendo que hay riesgo.

Entonces el miedo no patológico nos ayuda a cuidarnos, a ser responsables. El patológico nos inhibe el placer y puede interferir en las conductas adecuadas de cuidado. Por eso me parece tan importante de hablar con los profesionales tratantes.

Cuando identificamos que algo de esto está pasando, es necesario abordarlo desde la psicoterapia y buscar estrategias según el grado. A veces tiene que ver con experiencias pasadas de algún embarazo no deseado, o tiene que ver con sensaciones de pérdida de control que nos desestabilizan, historias traumáticas, muchas veces en estos temas y lo vemos también en lo relacionado al dolor en la penetración puede tener relación con que vimos algún video que nos impactó, o escuchamos algún relato. También la personalidad, más ansiosa y obsesiva, personalidades controladoras e hiperexigentes.

Hay que evaluar el cada caso, tratarlo con psicoterapia cognitiva comportamental, especialistas en fobias y ansiedad, técnicas de relajación, indagar las causas y la historia personal. Es necesario trabajar ese inhibidor para luego poder conectar con la vida sexual; además de trabajarlo por la salud mental y física, ya que puede llevar como dijimos a conductas contraproducentes.

Ahora bien, distinto es el caso de la persona una vez que se embaraza. Quizá el miedo aparece ahí y se dispara, quizá el miedo era previo pero el deseo prima. También puede suceder que la pareja desconozca la situación totalmente. Tener este temor no implica no desear tener un hijo. Es importante aliviar la culpa y poder ayudar.

Entonces también cuando la persona está embarazada indagar el grado de preocupación. Los miedos son normales, pero hay que evaluar que no se trate de un miedo irracional o más profundo. Los cambios que va a sufrir en su cuerpo, el miedo a sufrir durante el parto, preocupación de que el bebé tenga alguna anomalía o también la persona puede pensar que se va a morir durante el parto. Estos ejemplos pueden llevar a la mujer a rechazar el embarazo a pesar de querer tener hijos o, en caso de ya estar embarazada, a elegir tener un parto programado por cesárea y bajo anestesia general.

En el peor de los casos, la mujer puede incluso llegar a plantearse recurrir a la gestión subrogada para tener hijos sin tener que pasar por el embarazo y el parto. Esto puede también estar relacionado con una fuerte problemática de alteración de la imagen corporal.

Podemos reconocer en la consulta como malestar no relacionado con nada específico, nerviosismo o ansiedad excesivos, insomnio, llanto, comportamiento extraño y solicitudes tempranas de cesárea.

La tocofobia podría ser la causa subyacente de la ansiedad y la depresión posparto en el 5 % de los casos.

Tocofobia secundaria:

Hace referencia a quienes ya tuvieron partos previos. Es menos frecuente que la tocofobia primaria. Muchas veces al pasar por el parto el temor se supera. Sin embargo, la causa principal de la tocofobia secundaria es haber sufrido un parto traumático en un embarazo anterior. Algunos ejemplos de estos son la violencia obstétrica, una episiotomía mal curada, un desgarro, etc.

Más que tocofobia podría decirse que la mujer padece estrés post traumático no curado y también debe tratarse por un especialista.

Otra causa de la tocofobia secundaria puede ser haber sufrido una depresión posparto.

Tengamos en cuenta que la tocofobia puede contribuir a las complicaciones del trabajo de parto y al grado de intervenciones que se requieren. La ansiedad durante el período prenatal se ha asociado con un mayor riesgo de depresión posparto y el vínculo y el apego hacia el bebé también pueden verse afectados. En un estudio escandinavo, la ansiedad y el miedo se asociaron con el parto prematuro, el parto postérmino, el bajo peso al nacer y el retraso del crecimiento intrauterino (RCIU) del feto.

Los altos niveles de ansiedad, expresados ​​temprano o durante el embarazo, deben alertar a los profesionales de la salud para que reconozcan la angustia de la mujer, reaccionen de manera solidaria y que obtengan la consulta adecuada.

Para algunas, esta puede ser la primera vez que pueden verbalizar el trauma que sintieron y expresar sus puntos de vista sobre el futuro parto.

Al permitirles a las mujeres más sesiones para explorar sus sentimientos, muchas pueden considerar más embarazos.

¿Qué hacer?

Información, contención y abordaje del miedo y la ansiedad. Ya sea de la forma en que se exprese esta fobia o este temor.

Si no hay embarazo, se trabaja para que no interfiera en la vida sexual y en la salud, podes bajar esa ansiedad y poder dar herramientas de cuidado efectivo. Es necesario identificar la causa, poder tratarla y brindar herramientas que aborden el cuadro obsesivo o ansiógeno.

En caso de embarazo se suma el abordaje del embarazo y la preparación para ese parto, brindándole confianza y la participación plena en la toma de decisiones.

Algunas técnicas o procedimientos que aconsejan los psicólogos perinatales o matronas para superar el miedo al embarazo y al parto son los siguientes:

  • Asistir a clases de preparación al parto. Esto es indispensable, ya que la mujer que siente miedo al momento de dar a luz tiene que conocer con lo que va a encontrarse, reconocer los síntomas que puede tener y saber cómo debe actuar.
  • Practicar deporte para embarazadas. Además de conocer a otras mujeres en situación similar, el deporte contribuye a aumentar la seguridad de la mujer, ya que siente que su cuerpo está mejor preparado para dar a luz. El yoga o el pilates son las mejores opciones.
  • Hacer meditación o  Se trata de una técnica de relajación en la que se pretende que la mujer alcance una plena atención de su consciencia, es decir, focalizar toda su atención en el estado en el que se encuentra presente, aquí y ahora, y pueda comprender así lo que le ocurre.
  • Recurrir a una doula. Son mujeres que asesoran y acompañan a las embarazadas, pero no tienen ninguna titulación médica como es el caso de las matronas. Las doulas pueden ayudar a superar la tocofobia sobre todo por el apoyo emocional que proporcionan antes, durante y después del parto.

Las técnicas, relajación, visualización y respiración ayudaron durante la fase previa al parto.

Tocofobia en investigaciones

  • En un estudio, la consulta con una partera resultó en una reducción de la tocofobia en un 83 % y una resolución completa de la tocofobia en el 29 % de los casos.
  • En otro estudio, la reducción de casos de tocofobia a través de terapia cognitiva comportamental exitosa redujo el número de cesáreas. La TCC puede reducir el estrés y la ansiedad al determinar las razones del miedo y la ansiedad, y aumentar el conocimiento y las habilidades de las madres con respecto al parto.

Las sesiones de TCC no solo brindan información, sino que también se enfocan en los pensamientos negativos hacia el parto y aumentan la capacidad de la madre para confrontar estos pensamientos. Por lo tanto, las mujeres no considerarán el parto como una experiencia aterradora, dando como resultado la reducción del miedo al dolor, a la tensión muscular y a la ansiedad durante el parto. La reducción de la tensión muscular y la ansiedad pueden reducir la percepción del dolor en las mujeres embarazadas y mejorar su desempeño durante el trabajo de parto. Por lo tanto, se reducirá la tasa de cesáreas de emergencia y electivas.

Bibliografía

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  • O’Connell, M. A., Leahy‐Warren, P., Khashan, A. S., Kenny, L. C., & O’Neill, S. M. (2017). Worldwide prevalence of tocophobia in pregnant women: systematic review and meta‐analysis. Acta obstetricia et gynecologica Scandinavica, 96(8), 907-920.
  • Roland-Price, A., & Chamberlain, Z. (2002). Management of tocophobic women. Preconceptional medicine Paula and David bloomer, 281-288.